Los nuevos líderes se están formando como coaches.
El personal conocerá y aplicará también esta disciplina, en su comunicación y funciones diarias.
El cáncer de la cultura de empresa del negativismo y la desilusión desaparece.
Hoy, cuando los datos de ventas actuales han dejado de tapar errores que antes tapaban mayores beneficios en la cuenta de resultados, se anda a la búsqueda de nuevas soluciones.
Estos errores destapados, más que de procedimientos, son problemas de comunicación, de interrelaciones profesionales en todo el organigrama, intra e inter-departamentales. Son cuestiones que afectan a la confianza en las personas, no en los sistemas.
En este contexto es donde se hace necesaria una labor de diagnóstico y formación de Coaching, que trabaja con personas, con objetivos, rescatando buenas y efectivas fórmulas de comunicación y de gestión de equipos.
Está ocurriendo: las viejas formas de liderar están dando paso a nuevas y más eficaces formas de trabajar con los integrantes de una organización. Los nuevos líderes que actúan como coaches son más comunicativos, más empáticos y han recuperado la poderosa herramienta de la escucha activa y sus satisfactorios resultados.
El personal que recibe formación de Coaching también está participando de este cambio tan prometedor, en relación a actitudes más positivas y motivadoras recíprocamente.
Los resultados los disfrutan tanto empleados como empleadores. El mejor rendimiento y la mayor productividad redunda en beneficios para todas las partes. El cáncer de la cultura de empresa del negativismo y la desilusión desaparece.
Comentarios
Publicar un comentario