Mientras que no inventemos viajes al pasado, donde elegir lo que ahora pensamos que debimos elegir, ni viajes al futuro, donde poder ver qué es mejor elegir ahora, en nuestro presente sólo podemos comprometernos con la mejor elección posible. Pero a veces nuestro nivel de compromiso se ve precisamente comprometido por nuestros niveles de motivación y frustración, inversamente proporcionales.
Es decir, que según aumenta nuestra frustración por expectativas rotas o deterioradas, disminuye nuestra motivación con cualquier objetivo. Estudios de Hay Group y Gallup muestran la motivación en forma de “U”. Esto se podría aplicar, tanto desde el principio de una relación con un pareja, como con una empresa. Desde que idealizamos y elevamos expectativas, pasando por desilusiones, falta de acuerdo, falta de recursos para hacer el trabajo como queremos, etc., hasta llegar a encajarlo todo, por múltiples motivos: costumbre, por tener más edad, o, lo más importante, por saber ir moldeando la actitud frente a los objetivos y expectativas y saber negociar en cada momento.
En este punto puede facilitar el recorrido en esa “U” el coaching, a la hora de tratar con creencias, valores, expectativas, objetivos y la interrelación entre estos factores. ¿Te animas a probar tu recorrido?
COANCO
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